NAVEGANDO A TRAVÉS DE
LATITUD Y LONGITUD
Publicado originalmente by Víctor García on oct.05, 2011, under Blog Aviación, Blog Ciencia, Blog Cultura, Blog Tecnología
Por el Capitán Piloto Aviador Francisco Yarza Sámano
Durante la travesía a través del Atlántico del norte, compruebo con mi primer oficial y el plan de vuelo escrito, que nuestra posición geográfica es la correcta, así como las coordenadas de Latitud y Longitud para el próximo punto.
El combustible utilizado hasta el momento coincide con el remanente de a bordo y los vientos pronosticados no han variado mucho, en relación a la información proporcionada por las computadoras de a bordo. Esto es esencial para poder continuar con nuestro vuelo hacia el destino en caso de que por alguna falla rara las computadoras de navegación decidieran tomarse unas vacaciones.
Lo repetimos sobre cada uno de los puntos de comprobación de Latitud y longitud (llamados Waypoints en ingles) mostrados en el papel, comprobamos que la computadora cambie de dirección hacia el próximo punto de comprobación de acuerdo al rumbo indicado en el mapa y que la distancia sea la correcta, en caso contrario esta sería la primer indicación de que algo no está funcionando bien y necesita ser investigado más detenidamente.
Transmitimos la posición por radio al centro oceánico que corresponda para este sector y en caso de cambio de algún cambio de frecuencia de radiocomunicación, apuntaremos la actual antes de seleccionar la nueva ya que en caso de no establecer comunicación siempre podemos regresar a la anterior e informar que no hubo contacto, esperar una nueva frecuencia, o llamar de nuevo unos minutos después.
Este proceso se vuelve repetitivo en todos los vuelos sobre el océano, sin embargo es vital para llevar un respaldo para continuar una navegación exacta a pesar de tanta información con la que contamos en la actualidad.
Vino a mi mente como fue que la navegación actual para definir la posición de una aeronave o un buque a través de las coordenadas de Latitud y Longitud se ha convertido en algo tan rutinario que muy pocos recordamos los principios y problemas que enfrentaron los navegantes de épocas pasadas.
A continuación una pequeña historia:
No existe alguna manera más precisa para conocer la posición sobre la superficie del planeta que el conocimiento de la latitud y longitud.
Aunque nos expresamos en grados, podemos dividir un grado en 60 partes, a los cuales llamaremos minutos, también podemos dividir ahora los minutos en otras sesenta partes que llamaremos segundos.
Así que no hay límite sobre el grado de exactitud que se puede utilizar para definir una posición sobre el planeta
Determinar la latitud es más sencillo ya que depende de la posición del sol y la hora del día del lugar en el que se encuentre.
Sin embargo la determinación de la longitud es más difícil ya que esta solo se obtendrá en base a la posición relativa del primer meridiano o sea el de Greenwich.
Esto solo es posible conociendo exactamente la hora de Greenwich.
Los marineros muy a menudo utilizaban un método llamado Navegación a Estima por medio del cual utilizaban sus conocimientos de la zona, de los vientos, y de las corrientes marinas para calcular la velocidad, y después conociendo el tiempo recorrido en una dirección determinada podían estimar su posición (generalmente la adivinaban)
El utilizar este método traía como consecuencia muchos errores de navegación con consecuencias a veces fatales, ya que los navegantes creían estar en algún lugar conocido y realmente se encontraban en uno muy diferente.
Al no contar con la habilidad para conocer la longitud muchas exploraciones marítimas se perdieron en el mar al dejar de tener referencias visuales de alguna costa.
La búsqueda de una solución para este problema tomo más de dos siglos y en 1714 el parlamento Ingles ofreció una buena suma de dinero para quien resolviese este problema.
Para cada 15° que se viaje hacia el este, La hora local se mueve una hora por delante. Del mismo modo, hacia el oeste, la hora local se mueve hacia atrás una hora por cada 15° de longitud.
Por lo tanto, si se conoce la hora local en dos puntos de la tierra, podemos utilizar la diferencia entre ellos para calcular a qué distancia están los lugares de longitud, al este o al oeste.
Esta idea fue muy importante para los marineros y navegantes del siglo 17, se podría medir la hora local donde quiera que se haga la observación del sol, pero la navegación requiere también saber la hora de algún punto de referencia. Este primer meridiano cambio varias veces de localidad geográfica hasta que finalmente se fijo en Greenwich y desde entonces es el utilizado como referencia con el fin de localizar su longitud.
Aun cuando existían relojes de péndulo muy precisos en esa época, los movimientos del buque y los cambios de temperatura y humedad evitan que este tipo de reloj pueda mantener una hora exacta en el mar
Una descripción del problema sería muy extensa para comentar aquí, así que en resumen digamos que la posibilidad de resolver el problema era extremadamente difícil hasta que no se contara con relojes sumamente exactos los cuales serian inventados mucho tiempo después.
El rey Carlos II de Inglaterra fundo el Observatorio Real en 1675 para resolver este problema de encontrar la longitud en el mar, así como un cuerpo conocido como la junta de Longitud el cual administraba y juzgaba los premios de longitud.
Se presentaron muchas ideas y sugerencias extrañas y maravillosas
Se acuño la frase de encontrar la cuadratura del círculo, la cual se convirtió en una especie de lema para las búsquedas inútiles ya que la gente creía que el problema simplemente no podía ser resuelto.
El problema finalmente vino a ser resuelto por un carpintero de la clase obrera de Lincolnshire Inglaterra con poca educación formal.
John Harrison.
Logro la creación científica y académica de su tiempo, ganando el premio de Longitud ofrecido.
Construyo su reloj totalmente de un tipo especial de madera que no es afectada por las condiciones climáticas del entorno a través de una visión mecánica talento y determinación.
A la edad de 20 años.
Tres de estos relojes han sobrevivido hasta la fecha y se encuentran en varios museos de Inglaterra.
Estos relojes fueron mejorando al través del tiempo y ahora se conocen como cronómetros se instalaron a bordo de los barcos y nunca se les cambia de hora siempre muestran el tiempo de Greenwich.
Gracias a esto ahora era posible utilizar la posición de Latitud y otras medidas para calcular la longitud.
En la actualidad es posible conocer el tiempo de Greenwich instantáneamente a través de información por radio e información satelital y con una precisión extraordinaria.
Los nuevos equipos de navegación hacen uso de relojes atómicos los cuales son excesivamente precisos.
Como información adicional nuestros cronómetros de a bordo del avión los ajustamos con la hora de Greenwich UTC; Antes de cada vuelo a través de las frecuencias de Radio de Alta frecuencia.
Las cuales transmiten en las frecuencias de 5000- 10,000 – 15,000 -20,000. KHz.
Escuchara unos tonos audibles seguidos por el siguiente mensaje:
At the Tone
FIFTEEN HOURS, TWENTYFIVE MINUTES COORDINATED UNIVERSAL TIME.
Seguida de un tono mediante el cual se ajustan los demás relojes y esta es la hora por la cual nos regimos mundialmente en aviación.
NOTA.- Las Imágenes sobre latitud y Longitud, se construyeron con diversas graficas tomadas libremente de la Internet, por lo que agradecemos a sus propietarios, el poder usarlas, en este trabajo de difusión cultural sin fines de lucro.
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